Fuente: Extensión contemplativa Internacional.
LECTIO DIVINA
Es una forma tradicional de cultivar la amistad de Cristo. Es un medio de escuchar los textos de la Escritura como si nosotros estuviéramos en conversación con Cristo y Él mismo estuviera sugiriéndonos los temas de conversación. El encuentro diario con Él y la reflexión sobre Su Palabra, nos lleva más allá de un mero conocimiento a una actitud de amistad, confianza y amor. La conversación se simplifica y se convierte en comunión.
A través de la Lectio Divina Dios nos sana, libera, ama y con amor nos confronta e interpela, nos mueve gradualmente al cambio y a la conversión.
Cuatro momentos:
Lectio
Leo el texto cuatro veces lentamente, dejando unos tres minutos de silencio cada vez para pasarlo por el corazón, lo leo hasta que el texto se haga uno conmigo. Escucho que dice el texto, en su contexto. Es el tema de conversión que Dios me está proponiendo como diálogo, para relacionarme con Él. Siempre habrá una palabra en el texto que el Espíritu te inspirará al leer para llevarla a tu vida. "La Palabra" es alimento, en este primer momento: "Recibo el alimento". Hago la recreación del texto con mis palabras.
Meditatio
Repito, mastico, rumio, pondero, saboreo la palabra de conversión para discernir que me dice a mí. La dejo resonar en mi corazón. A ejemplo de María que guardaba todas estas cosas en su corazón (Lc. 2,19). Yo guardo la palabra de El que me da la vida para escucharla con los oídos del corazón. Requiere silencio, calma y soledad. Toda palabra es revelación. Es mi oración que trae la Presencia de Dios a mi vida cotidiana.
En este momento pongo "La Palabra" en mi boca, me alimento con ella.
Oratio
Después de leer y rumiar yo respondo. Es mi respuesta a la conversación iniciada por Dios, es personal, espontánea, brota del corazón.
Puede ser de: alabanza, adoración, acción de gracias, alegría, bendición, petición.
En este momento “Doy mi Respuesta a Dios”
Contemplatio
La Contemplación es un don, una gracia, que el Señor nos otorga. Con la práctica de la Oración Centrante y de la Lectio Divina desmantelamos los obstáculos y nos disponemos a recibirlo.
Es un “Descanso en Dios”, si el Señor me concede el don disfruto de Su Presencia en mi vida, me vuelvo silencio, dejo que Él toque y sane mis heridas, me rindo, me abandono en Sus brazos. El Señor va dejando el sabor de Él en mí, me uno al mundo en Él.
Yo estoy en Él y Él en mí, Somos Uno.
Experiencia inefable que no tiene palabras.
o Es un encuentro personal con Dios mediante Su Palabra.
o Es la escucha ordenada y personal de la Palabra.
o Es una gracia de Dios que hay que pedir con humildad.
La constancia de las dos prácticas, Oración Centrante y Lectio Divina, nos hace estar receptivos a recibir el don de la Contemplación.
Las dos prácticas se ayudan y sustentan una a la otra, son parte de un mismo movimiento, que nos van llevando a "El Descanso en Dios" y a una Relación más Profunda con Él.